1.
Empieza por no ser. Por
ser no. El Caos es negro.
Como es negra la nada.
2.
Nace la claridad, su
gallo triza el cielo,
se esponjan los
colores/vanidosos.
Pero el negro se ahínca
primigenio. Toda luz
en el carbón se abisma en
el basalto.
3.
Tes
physiciens appellent corps noirs tous ceux qui
absorbent
intégralement les radiations reçues.
Para mejor lanzarlos al
asalto
del día. (Goya pudo
decirlo).
4.
Socavón en la sangre, en
la memoria,
lo negro sube a la
palabra, es la tormenta
rabiosa de los odios y
los celos:
Othello el blackamoor, el
moro negro
(para el lívido Yago,
siempre).
5.
Padre profundo, pez
abisal de los orígenes,
retorno a qué comienzo,
estigia contra el sol y
sus espejos,
término de los cambios,
última estela de las
mutaciones,
palabra del silencio.
6.
Su palacio nocturno: el
sueño, el párpado
sedosa guillotina del
diurno pavorreal
para que sólo las
similitudes
desplieguen sus tapices
de morado, de púrpura y de
óxidos,
harem del negro, esperma
de los sueños.
7.
Se diría que le gusta que
lo aplanen, lo espatulen,
lo tiendan en
lisas superficies, como
se hace aquí. Se diría que
ama ser el
trampolín desde donde saltan
los colores, su callado
sostén.
Todo es más contra el
negro; todo es menos cuando
falta.
8.
Cedes a estas
metamorfosis que una mano enamorada
cumple en ti, te llenas
de ritmos, hendiduras, te
vuelves tablero, reloj de
luna, muralla de aspilleras
abiertas a lo que acecha
siempre del otro lado,
máquina de contar cifras
fuera de las cifras, astrolabio
y portulano para tierras
nunca abordadas, mar
petrificado en el que
resbala el pez de la mirada.
9.
Caballo negro de las
pesadillas, hacha del
sacrificio, tinta de la
palabra escrita, pulmón
del que diseña,
serigrafía de la noche,
negro el diez: ruleta de
la muerte, que se
juega viviendo.
10.
Tu sombra espera tras de
toda luz.
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