¿Por qué tan lejos de los dioses? Quizá por preguntarlo. ¿Y qué? El hombre
es el animal que pregunta. El día en que
verdaderamente sepamos preguntar, habrá dialogo. Por ahora las preguntas nos
alejan vertiginosamente de las respuestas. ¿Qué epifanía podemos
esperar si nos estamos ahogando en la más falsa de las libertades, la
dialéctica judeocristiana? Nos hace falta un Novum Organum de verdad, hay que
abrir de par en par las ventanas y tirar todo a la calle, pero sobre todo hay
que tirar también la ventana, y nosotros con ella. Es la muerte, o salir
volando. Hay que hacerlo, de alguna manera hay que hacerlo.
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