Every phrase and every sentence is an end and a beginning.
Every poem an epitaph.
/ T.S.Eliot /
sábado, 27 de diciembre de 2014
viernes, 26 de diciembre de 2014
- Alejandra Pizarnik -
EL DESEO DE LA PALABRA
La noche, de nuevo la noche, la magistral sapiencia de lo oscuro, el
cálido roce de la muerte, un instante de éxtasis para mí, heredera de todo
jardín prohibido.
Pasos y voces del lado sombrío del jardín. Risas en el interior de las
paredes. No vayas a creer que están vivos. No vayas a creer que no están vivos.
En cualquier momento la fisura en la pared y el súbito desbandarse de las niñas
que fui.
Caen niñas de papel de variados colores. ¿Hablan los colores? ¿Hablan
las imágenes de papel? Solamente hablan las doradas y de ésas no hay ninguna
por aquí.
Voy entre muros que se acercan, que se juntan. Toda la noche hasta la
aurora salmodiaba: Si no vino es porque no vino. Pregunto. ¿A quién? Dice que
pregunta, quiere saber a quién pregunta. Tú ya no hablas con nadie. Extranjera
a muerte está muriéndose. Otro es el lenguaje de los agonizantes.
He malgastado el don de transfigurar a los prohibidos (los siento
respirar adentro de las paredes). Imposible narrar mi día, mi vía. Pero
contempla absolutamente sola la desnudez de estos muros. Ninguna flor crece ni
crecerá del milagro. A pan y agua toda la vida.
En la cima de la alegría he declarado acerca de una música jamás oída.
¿Y qué? Ojalá pudiera vivir solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema
con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y con mis semanas,
infundiéndole al poema mi soplo a medida que cada letra de cada palabra haya
sido sacrificada en las ceremonias del vivir.
LA PALABRA DEL DESEO
Esta espectral textura de la oscuridad, esta melodía en los huesos,
este soplo de silencios diversos, este ir abajo por abajo, esta galería oscura,
oscura, este hundirse sin hundirse.
¿Qué estoy diciendo? Está oscuro y quiero entrar. No sé qué más decir.
(Yo no quiero decir, yo quiero entrar.) El dolor en los huesos, el lenguaje
roto a palabras, poco a poco reconstituir el diagrama de la irrealidad.
Posesiones no tengo (esto es seguro; al fin algo seguro). Luego una
melodía. Es una melodía plañidera, una luz lila, una inminencia sin
destinatario. Veo la melodía. Presencia de una luz anaranjada. Sin tu mirada no
voy a saber vivir, también esto es seguro. Te suscito, te resucito. Y me dijo
que saliera al viento y fuera de casa en casa preguntando si estaba.
Paso desnuda con un cirio en la mano, castillo frío, jardín de las
delicias. La soledad no es estar parada en el muelle, a la madrugada, mirando el
agua con avidez. La soledad es no poder decirla por no poder circundarla por no
poder darle un rostro por no poder hacerla sinónimo de un paisaje. La soledad
sería esta melodía rota de mis frases.
- John Berger -
No todos los deseos conducen a la libertad, pero la libertad es la experiencia de un deseo que se reconoce, se asume y se busca. El deseo no implica nunca la mera posesión de algo, sino la transformación de ese algo. El deseo es una demanda: la exigencia de lo eterno, ahora. La libertad no constituye el cumplimiento de ese deseo, sino el reconocimiento de su suprema importancia.
jueves, 27 de noviembre de 2014
- E.E. Cummings -
En un lugar en el que nunca he estado, felizmente más allá
de cualquier experiencia, tus ojos tienen su silencio: en tu gesto más frágil
están las cosas que me cercan, o aquellas que no puedo tocar porque están
demasiado cerca. Tu mirada más leve fácilmente puede descerrarme, pese a que he
cerrado mi ser como dedos, tú me abres siempre pétalo por pétalo, como la
primavera abre (tocando hábilmente, misteriosamente) su primera rosa o, si es
tu voluntad cerrarme, yo y mi vida se cerrarán muy hermosamente,
repentinamente, como cuando el centro de esta flor imagina la nieve
descendiendo cuidadosamente en todas partes. Nada de lo que podemos percibir en
este mundo se compara con el poder de tu intensa fragilidad: cuya textura me
fuerza con el color de sus tierras, mostrando muerte y eternidad con cada
respiración. (No sé qué hay en ti que se cierra y se abre; sólo que hay algo en
mí que entiende que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas).
Nadie, ni siquiera la lluvia, tiene manos tan pequeñas.
martes, 14 de octubre de 2014
- Julio Cortázar -
Cómo no
pensar, después, que de alguna manera la poesía es una palabra que se escucha
con audífonos invisibles apenas el poema comienza a ejercer su encantamiento.
Podemos abstraernos con un cuento o una novela, vivirlos en un plano que es más
suyo que nuestro en el tiempo de lectura, pero el sistema de comunicación se
mantiene ligado al de la vida circundante, la información sigue siendo
información por más estética, elíptica, simbólica que se vuelva. En cambio, el
poema comunica el poema, y no quiere ni puede comunicar otra cosa. Su razón de
nacer y de ser lo vuelve interiorización de una interioridad, exactamente como
los audífonos que eliminan el puente de fuera hacia adentro y viceversa para
crear un estado exclusivamente interno, presencia y vivencia de la música que
parece venir desde lo hondo de la caverna negra.
viernes, 19 de septiembre de 2014
- Witold Gombrowicz - Diarios -
La literatura tiene un doble sentido y una doble raíz: nace de una contemplación pura y artística, de una tendencia desinteresada hacia el arte, pero al mismo tiempo constituye también una batalla privada entre el autor y los hombres, un instrumento de su lucha por una existencia espiritual. Es un asunto que madura en soledad, es un crear por crear; pero, al mismo tiempo, también es un asunto social, un imponerse a la gente. Y el cuadro completo de la creación sólo lo tendremos cuando veamos al autor en estas dos dimensiones: como artista desinteresado y objetivo, y como hombre que lucha por sí mismo entre otros hombres.
lunes, 15 de septiembre de 2014
- Frida Kahlo -
Pies, ¿para qué los
quiero si tengo alas para volar?
Pinto autorretratos porque
estoy mucho tiempo sola. Me pinto a mí misma, porque soy a quien mejor conozco.
Intenté ahogar mis dolores, pero ellos aprendieron a nadar.
Amurallar el propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior.
¿Qué haría yo sin lo
absurdo y lo fugaz?
Árbol de la esperanza,
mantente firme.
Yo solía pensar que
era la persona más extraña en el mundo, pero luego pensé, hay mucha gente así
en el mundo, tiene que haber alguien como yo, que se sienta bizarra y dañada de
la misma forma en que yo me siento. Me la imagino, e imagino que ella también
debe estar por ahí pensando en mí. Bueno, yo espero que si tú estás por ahí y
lees esto sepas que, sí, es verdad, yo estoy aquí, soy tan extraña como tú.
viernes, 12 de septiembre de 2014
- Der Himmel Über Berlin -
Damiel: It's great to live by the spirit, to
testify day by day for eternity, only what's spiritual in people's minds. But
sometimes I'm fed up with my spiritual existence. Instead of forever hovering
above I'd like to feel a weight grow in me to end the infinity and to tie me to
earth. I'd like, at each step, each gust of wind, to be able to say
"Now". "Now and now" and no longer "forever" and
"for eternity". To sit at an empty place at a card table and be
greeted, even by a nod. Every time we participated, it was a pretense.
Wrestling with one, allowing a hip to be put out in pretense, catching a fish
in pretense, in pretense sitting at tables, drinking and eating in pretense.
Having lambs roasted and wine served in the tents out there in the desert, only
in pretense. No, I don't have to beget a child or plant a tree but it would be
rather nice coming home after a long day to feed the cat, like Philip Marlowe,
to have a fever and blackended fingers from the newspaper, to be excited not
only by the mind but, at last, by a meal, by the line of a neck by an ear. To
lie! Through one's teeth. As you're walking, to feel your bones moving along.
At last to guess, instead of always knowing. To be able to say "ah"
and "oh" and "hey" instead of "yea" and
"amen".
Cassiel: Yeah, to be able, once in a while, to
enthuse for evil. To draw all the demons of the earth from passers-by and to
chase them out into the world. To be a savage.
Damiel: Or at last to feel how it is to take off
shoes under a table and wriggle your toes barefoot, like that.
Cassiel: Stay alone! Let things happen! Keep serious! We can only be savages in as much as we keep serious. Do no more than look! Assemble, testify, preserve! Remain spirit! Keep your distance. Keep your word.
Cassiel: Stay alone! Let things happen! Keep serious! We can only be savages in as much as we keep serious. Do no more than look! Assemble, testify, preserve! Remain spirit! Keep your distance. Keep your word.
jueves, 28 de agosto de 2014
- Clarice Lispector -
Mi voz es el modo en
que voy a buscar la realidad; la realidad, antes de mi lenguaje, existe como un
pensamiento que no se piensa, pero por fatalidad fui y soy impelida a necesitar
saber lo que ese pensamiento piensa. La realidad antecede a la voz que la
busca, como el mundo antecede al hombre, como el mar antecede a la visión del
mar, la vida antecede al amor, la materia del cuerpo antecede al cuerpo, y a su
vez, un día, el lenguaje habrá antecedido a la posesión del silencio.
Tengo la medida de lo
que nombro --y este es el esplendor de tener un lenguaje. Pero tengo mucho más
en la medida que no consigo nombrar. La realidad es la materia prima, el
lenguaje es el modo como voy a buscarla --y el modo en que no la encuentro.
Pero es de buscar y no encontrar que nace lo que no conocía, y que
instantáneamente reconozco. El lenguaje es mi esfuerzo humano. Tengo que ir a
buscar por destino y por destino vuelvo con las manos vacías. Pero vuelvo con
lo indecible. Lo indecible sólo podrá serme dado a través del fracaso de mi
lenguaje.
viernes, 22 de agosto de 2014
- Julio Cortázar - Los Autonautas de la Cosmopista -
Lector, tal vez ya lo sabes: Julio, el Lobo, termina y ordena solo este libro que fue vivido y escrito por la Osita y por él como un pianista toca una sonata, las manos unidas en una sola búsqueda de ritmo y melodía.
Apenas terminada la expedición, volvimos a nuestra vida militante y partimos una vez más a Nicaragua donde había y hay tanto para hacer. Carol reanudó... allí su trabajo de fotógrafa mientras yo escribía artículos para mostrar en todos los horizontes posibles la verdad y la grandeza de la lucha de ese pequeño pueblo que infatigablemente continúa su viaje hacia la dignidad y la libertad. También allí encontramos felicidad, ya no solo en los paraderos del París-Marsella sino en el contacto diario con mujeres, hombres y niños que miraban como nosotros hacia delante. Allí la Osita empezó a declinar víctima de un mal que creíamos pasajero porque en ella la voluntad de la vida era más fuerte que todos los pronósticos, y yo compartía su coraje como siempre compartí su luz, su sonrisa, su enamorada vivencia del sol, del mar y de la esperanza en un futuro más hermoso. Volvimos a París llenos de planes: terminar el libro, dar sus derechos de autor al pueblo nicaragüense, vivir, vivir todavía más intensamente. Siguieron dos meses que nuestros amigos llenaron de cariño, dos meses en que rodeamos a la Osita de ternura y en que ella nos dio cada día ese valor que nos iba abandonando. La vi emprender su viaje solitario, donde yo no podía ya acompañarla, y el 2 de noviembre se me fue de entre las manos como un hilito de agua, sin aceptar que los demonios dijeran la última palabra, ella que tanto los había desafiado y combatido en estas páginas.
A ella le debo, como le debo lo mejor de mis últimos años, terminar solo este relato. Bien sé, Osita, que habrías hecho lo mismo si me hubiera tocado precederte en la partida, y que tu mano escribe, junto con la mía, estas últimas palabras en las que el dolor no es, no será nunca más fuerte que la vida que me enseñaste a vivir como acaso hemos llegado a mostrarlo en esta aventura que toca aquí a su término pero que sigue, sigue en nuestro dragón, sigue para siempre en nuestra autopista.
Apenas terminada la expedición, volvimos a nuestra vida militante y partimos una vez más a Nicaragua donde había y hay tanto para hacer. Carol reanudó... allí su trabajo de fotógrafa mientras yo escribía artículos para mostrar en todos los horizontes posibles la verdad y la grandeza de la lucha de ese pequeño pueblo que infatigablemente continúa su viaje hacia la dignidad y la libertad. También allí encontramos felicidad, ya no solo en los paraderos del París-Marsella sino en el contacto diario con mujeres, hombres y niños que miraban como nosotros hacia delante. Allí la Osita empezó a declinar víctima de un mal que creíamos pasajero porque en ella la voluntad de la vida era más fuerte que todos los pronósticos, y yo compartía su coraje como siempre compartí su luz, su sonrisa, su enamorada vivencia del sol, del mar y de la esperanza en un futuro más hermoso. Volvimos a París llenos de planes: terminar el libro, dar sus derechos de autor al pueblo nicaragüense, vivir, vivir todavía más intensamente. Siguieron dos meses que nuestros amigos llenaron de cariño, dos meses en que rodeamos a la Osita de ternura y en que ella nos dio cada día ese valor que nos iba abandonando. La vi emprender su viaje solitario, donde yo no podía ya acompañarla, y el 2 de noviembre se me fue de entre las manos como un hilito de agua, sin aceptar que los demonios dijeran la última palabra, ella que tanto los había desafiado y combatido en estas páginas.
A ella le debo, como le debo lo mejor de mis últimos años, terminar solo este relato. Bien sé, Osita, que habrías hecho lo mismo si me hubiera tocado precederte en la partida, y que tu mano escribe, junto con la mía, estas últimas palabras en las que el dolor no es, no será nunca más fuerte que la vida que me enseñaste a vivir como acaso hemos llegado a mostrarlo en esta aventura que toca aquí a su término pero que sigue, sigue en nuestro dragón, sigue para siempre en nuestra autopista.
jueves, 21 de agosto de 2014
- Alejandra Pizarnik - Diarios -
Es la noche, en la noche, sucede en la noche, cuando rodar, caer, lágrimas tiritando bajo los puentes cerca del agua donde fluyen casas iluminadas y seres sin cabeza y horas sin relojes y mi corazón en una pira, en una piragua letal, mi co...razón disuelto en pequeños soles negros palpita y naufraga hacia donde no hay olvido. No hay olvido y el esfuerzo de ser es muy grande, el esfuerzo de vestirse de sí misma cada día y remontarse como a una ciénaga, arrastrarse como a un duro cadáver, bolsa compacta de chillidos y maldiciones y cosas muertas y puños cortados amenazando el suelo y el cielo. La vía alcohólica del cielo percute en mi cerebro iluminado como una galería de espanto en la que alguien busca con ardor. Viviera en otro mundo, viviera en algo más pequeño, sin nombre, sin lenguaje, no llamado y cuya única característica consiste en su silencio lujurioso.
lunes, 11 de agosto de 2014
- Julio Cortázar -
NEGACIÓN DEL OLVIDO
Discurso pronunciado
por Julio Cortázar en la Apertura del Coloquio de Abogados de París, 1981.
Pienso que todos los
aquí reunidos coincidirán conmigo en que cada vez que a través de testimonios
personales o de documentos tomamos contacto con la cuestión de los
desaparecidos en la Argentina o en otros países sudamericanos, el sentimiento
que se manifiesta casi de inmediato es el de lo diabólico. Desde luego, vivimos
en una época en la que referirse al diablo parece cada vez más ingenuo o más
tonto; y sin embargo es imposible enfrentar el hecho de las desapariciones sin
que algo en nosotros sienta la presencia de un elemento infrahumano, de una
fuerza que parece venir de las profundidades, de esos abismos donde
inevitablemente la imaginación termina por situar a todos aquellos que han
desaparecido. Si las cosas parecen relativamente explicables en la superficie
-los propósitos, los métodos y las consecuencias de las desapariciones-, queda
sin embargo un trasfondo irreductible a toda razón, a toda justificación
humana; y es entonces que el sentimiento de lo diabólico se abre paso como si
por un momento hubiéramos vuelto a las vivencias medievales del bien y del mal,
como si a pesar de todas nuestras defensas intelectuales lo demoníaco estuviera
una vez más ahí diciéndonos: "¿Ves? Existo: Ahí tienes la prueba.
Pero lo diabólico, por
desgracia, es en este caso humano, demasiado humano; quienes han orquestado una
técnica para aplicarla mucho más allá de casos aislados y convertirla en una
práctica de cuya multiplicación sistemática han dado idea las cifras publicadas
a raíz de la reciente encuesta de la OEA, saben perfectamente que ese
procedimiento tiene para ellos una doble ventaja: la de eliminar a un
adversario real o potencial (sin hablar de los que no lo son pero que caen en
la trampa por juegos del azar, de la brutalidad o del sadismo), y a la vez injertar,
mediante la más monstruosa de las cirugías, la doble presencia del miedo y de
la esperanza en aquellos a quienes les toca vivir la desaparición de seres
queridos. Por un lado se suprime a un antagonista virtual o real; por el otro
se crean las condiciones para que los parientes o amigos de las víctimas se
vean obligados en muchos casos a guardar silencio como única posibilidad de
salvaguardar la vida de aquellos que su corazón se niega a admitir como
muertos. Si basándose en una estimación que parece estar muy por debajo de la
realidad, se habla de ocho o diez mil desaparecidos en la Argentina, es fácil
imaginar el número de quienes conservan todavía la esperanza de volver a verlos
con vida. La extorsión moral que ello significa para estos últimos, extorsión
muchas veces acompañada de la estafa lisa y llana que consiste en prometer
averiguaciones positivas a cambio de dinero, es la prolongación abominable de
ese estado de cosas donde nada tiene definición, donde promesas y medias
palabras multiplican al infinito un panorama cotidiano lleno de siluetas
crepusculares que nadie tiene la fuerza de sepultar definitivamente. Muchos de
nosotros poseemos testimonios insoportables de este estado de cosas, que puede
llegar incluso al nivel de los mensajes indirectos, de las llamadas telefónicas
en las que se cree reconocer una voz querida que sólo pronuncia unas pocas
frases para asegurar que todavía está de este lado, mientras quienes escuchan
tienen que callar las preguntas más elementales por temor de que se vuelvan
inmediatamente en contra del supuesto prisionero. Un diálogo real o fraguado
entre el infierno y la tierra es el único alimento de esa esperanza que no
quiere admitir lo que tantas evidencias negativas le están dando desde hace
meses, desde hace años. Y si toda muerte humana entraña una ausencia
irrevocable, ¿qué decir de esta ausencia que se sigue dando como presencia
abstracta, como la obstinada negación de la ausencia final? Ese círculo faltaba
en el infierno dantesco, y los supuestos gobernantes de mi país, entre otros,
se han encargado de la siniestra tarea de crearlo y de poblarlo.
De esa población
fantasmal, a la vez tan próxima y tan lejana, se trata en esta reunión. Por
encima y por debajo de las consideraciones jurídicas, los análisis y las búsquedas
normativas en el terreno del derecho interno e internacional, es de ese pueblo
de las sombras que estamos hablando. En esta hora de estudio y de reflexión,
destinada a crear instrumentos más eficaces en defensa de las libertades y los
derechos pisoteados por las dictaduras, la presencia invisible de miles y miles
de desaparecidos antecede y rebasa y continúa todo el trabajo intelectual que
podamos cumplir en estas jornadas. Aquí, en esta sala donde ellos no están,
donde se los evoca como una razón de trabajo, aquí hay que sentirlos presentes
y próximos, sentados entre nosotros, mirándonos, hablándonos. El hecho mismo de
que entre los participantes y el público haya tantos parientes y amigos de
desaparecidos vuelve todavía más perceptible esa innumerable muchedumbre
congregada en un silencioso testimonio, en una implacable acusación. Pero
también están las voces vivas de los sobrevivientes y de los testigos, y todos
los que hayan leído informes como el de la Comisión de Derechos Humanos de la
OEA guardan en su memoria, impresos con letras de fuego, los casos presentados
como típicos, las muestras aisladas de un exterminio que ni siquiera se atreve
a decir su nombre y que abarca a miles y miles de casos no tan bien
documentados pero igualmente monstruosos. Así, mirando tan sólo hechos
aislados, ¿quién podría olvidar la desaparición de la pequeña Clara Anahí
Mariani, entre la de tantos otros niños y adolescentes que vivían fuera de la
historia y de la política, sin la menor responsabilidad frente a los que ahora
pretenden razones de orden y de soberanía nacional para justificar sus
crímenes? ¿Quién olvida el destino de Silvia Corazza de Sánchez, la joven
obrera cuya niña nació en la cárcel, y a la que llevaron meses después para que
entregara la criatura a su abuela antes de hacerla desaparecer definitivamente?
¿Quién olvida el alucinante testimonio sobre el campo militar "La
Perla" escrito por una sobreviviente, Graciela Susana Geuna, y publicado
por la Comisión Argentina de Derechos Humanos? Cito nombres al azar del
recuerdo, imágenes aisladas de unas pocas lápidas en un interminable comentario
de sepultados en vida. Pero cada nombre vale por cien, por mil casos parecidos,
que sólo se diferencian por los grados de la crueldad, del sadismo, de esa
monstruosa voluntad de exterminación que ya nada tiene que ver con la lucha
abierta y sí en cambio con el aprovechamiento de la fuerza bruta, del anonimato
y de las peores tendencias humanas convertidas en el placer de la tortura y de
la vejación a seres indefensos. Si de algo siento vergüenza frente a este
fratricidio que se cumple en el más profundo secreto para poder negarlo después
cínicamente, es que sus responsables y ejecutores son argentinos o uruguayos o
chilenos, son los mismos que antes y después de cumplir su sucio trabajo salen
a la superficie y se sientan en los mismos cafés, en los mismos cines donde se
reúnen aquellos que hoy o mañana pueden ser sus víctimas. Lo digo sin ánimo de
paradoja: Más felices son aquellos pueblos que pudieron o pueden luchar contra
el terror de una ocupación extranjera. Más felices, sí, porque al menos sus
verdugos vienen de otro lado, hablan otro idioma, responden a otras maneras de
ser. Cuando la desaparición y la tortura son manipuladas por quienes hablan
como nosotros, tienen nuestros mismos nombres y nuestras mismas escuelas,
comparten costumbres y gestos, provienen del mismo suelo y de la misma
historia, el abismo que se abre en nuestra conciencia y en nuestro corazón es
infinitamente más hondo que cualquier palabra que pretendiera describirlo.
Pero precisamente por
eso, porque en este momento tocamos fondo como jamás lo tocó nuestra historia,
llena sin embargo de etapas sombrías, precisamente por eso hay que asumir de
frente y sin tapujos esa realidad que muchos pretenden dar ya por terminada.
Hay que mantener en un obstinado presente, con toda su sangre y su ignominia,
algo que ya se está queriendo hacer entrar en el cómodo país del olvido; hay
que seguir considerando como vivos a los que acaso ya no lo están pero que tenemos
la obligación de reclamar, uno por uno, hasta que la respuesta muestre
finalmente la verdad que hoy se pretende escamotear. Por eso este coloquio y
todo lo que podamos hacer en el plano nacional e internacional, tiene sentido
que va mucho más allá de su finalidad inmediata; el ejemplo admirable de las
Madres de Plaza de Mayo está ahí como algo que se llama dignidad, se llama
libertad, y sobre todo se llama futuro.
viernes, 25 de julio de 2014
- Alejandra Pizarnik - Diarios -
Si siento
algo suavemente benigno cuando escribo estos silencios o cuando surgen las
imágenes de mis poemas no es el placer de crear sino el asombro ante las
palabras. Nada ni nadie, en mí, se atreve a moverse, a girar, a rodar. Nunca se
pone en marcha. Nunca abre la boca sino es para morder en silencio. He sentido
dolor y silencio. Sufro o estoy callada. Estar bien es ser al modo de una
estatua. Sufrir es ver un color blanco corriendo hacia una catarata ardiente. O
como en una película muda el tigre devorando lentamente a la muchacha. Mi
asombro ante mis poemas es enorme. Como un niño que descubre que tiene una
colección de sellos postales que no reunió. Y si leo, si compro libros y los
devoro, no es por un placer intelectual —yo no tengo placeres, sólo tengo
hambre y sed— ni por un deseo de conocimientos sino por una astucia
inconsciente que recién ahora descubro: coleccionar palabras, prenderlas en mí
como si ellas fueran harapos y yo un clavo, dejarlas en mi inconsciente, como
quien no quiere la cosa, y despertar, en la mañana espantosa, para encontrar a
mi lado un poema ya hecho. Ésta es mi proeza, éste es mi heroísmo. Cómo es
posible que el silencio fructifique de esta manera, como es posible que con mi
terquedad campesina lo labre tan bien y con buen éxito. No sólo doy imágenes
bellas sino reflexiones y hasta anuncio deseos difíciles de expresar: me quejo,
hablo, discuto, enciendo, purifico, corrompo, y todo ello con palabras que no
son mías, y ni siquiera tengo demasiadas faltas gramaticales; todo sucede como
si realmente fuera así, todo sucede como si yo pensara, como si yo sintiera,
como si yo viviera. Y no soy más que una silenciosa, una estatua corazón-mente
enferma, una huérfana sordomuda, hija de algo que se arrodilla y de alguien que
cae. Sólo soy algo que está, algo que no espero que está.
miércoles, 23 de julio de 2014
- E.E. Cummings -
No ser nadie más sino tú mismo, en un mundo que está haciendo todo lo posible, día y noche, para hacer que tú seas alguien distinto, significa luchar la más dura batalla que cualquier ser humano pueda enfrentar y nunca dejar de luchar.
To be nobody but yourself in a world which is doing its best day and night to make you like everybody else means to fight the hardest battle which any human being can fight and never stop fighting.
martes, 22 de julio de 2014
- Fragilité -
/SUR LA FRAGILITE/La
fragilité est par définition ce qui peut facilement être brisé, ce qui manque
de résistance. Elle s’oppose à la solidité, la stabilité, l’inaltérable. La
fragilité est une particularité commune à tout ce qui existe dans le monde. L’être
humain est donc par nature fragile. C’est une de ses conditions d’existence.
Nous sommes tous voués à tomber malade ou à vivre des moments d’incertitude, de
déséquilibre. L’instabilité et la précarité font partie de nos vies malgré nous.
J’entends aussi la fragilité comme un trait de caractère, quand elle est
consciemment adoptée, elle donne accès à la sensibilité et ouvre des voies
insoupçonnées. La fragilité fait également peur et fascine, faisant de chacun
des hommes qui l’assume et l’utilise une sorte de "super héros moderne"./
/ABOUT FRAGILITY/Fragility
is by definition something that can be easily broken, something that lacks
resistance. It's opposed to the solid, the stable and unalterable. Fragility is
a characteristic shared by everything that exists in the world. Human beings
are by nature fragile. It's one of the conditions of existence. We're all
destined to become sick or to live moments of uncertainty and imbalance.
Instability and precariousness are part of our lives no matter what. I also
understand fragility as a character trait. When it's consciously accepted, it
offers access to a kind of sensitivity and surprising possibilities. Fragility
equally frightens and fascinates, making anyone who reclaims and uses it a sort
of "modern superhero"./
domingo, 22 de junio de 2014
- Jean Paul Sartre - La Náusea -
Yo soy mi
pensamiento, por eso no puedo detenerme. Existo porque pienso y no puedo dejar
de pensar. En este mismo momento —es atroz— si existo es porque me horroriza
existir. Yo, yo me saco de la nada a la que aspiro; el odio, el asco de
existir son otras tantas maneras de hacerme existir, de hundirme en la existencia.
Los pensamientos nacen a mis espaldas, como un vértigo, los siento nacer detrás
de mi cabeza. Si cedo, se situarán aquí delante, entre mis ojos, y sigo cediendo,
y el pensamiento crece, crece, y ahora, inmenso, me llena por entero y renueva
mi existencia.
- Jean Paul Sartre - Las Palabras -
Nací de la escritura; antes de ella, sólo había un juego de espejos; desde que hice mi primera novela supe que en el espacio de los espejos se había introducido un niño. Al escribir, existía; pero sólo existía para escribir, y si decía 'yo' quería decir 'yo que escribo'.
sábado, 21 de junio de 2014
- René Char - Yo Habito Un Dolor
No dejes el cuidado de
gobernar tu corazón a esas ternuras parientas del otoño del que reciben su
plácido andar y su afable agonía. El ojo es precoz para plegarse. El
sufrimiento conoce pocas palabras. Prefiere acostarse sin cargas: soñarás con
el mañana y tu lecho será liviano para ti. Soñarás que tu casa ya no tiene
vidrios. Sientes impaciencia por unirte al viento, al viento que recorre un año
en una noche. Otros cantarán la incorporación melodiosa, las carnes que sólo
personifican la brujería del reloj de arena. Condenarás la gratitud que se
repite. Más tarde, te identificarán con algún gigante disgregado, señor de lo
imposible.
Sin embargo.
Sólo has conseguido el peso de tu noche. Has vuelto a la pesca en las murallas, a la canícula sin verano. Estás furioso contra tu amor en el centro de un acuerdo que enloquece. Sueña con la casa perfecta que nunca verás elevarse. ¿Para cuándo la cosecha del abismo? Pero has reventado los ojos del león. Crees ver pasar a la belleza por encima de las lavandas negras.
¿Qué es lo que ha izado, una vez más aún, un poco más arriba, sin convencerte?
No hay sitio puro.
Sin embargo.
Sólo has conseguido el peso de tu noche. Has vuelto a la pesca en las murallas, a la canícula sin verano. Estás furioso contra tu amor en el centro de un acuerdo que enloquece. Sueña con la casa perfecta que nunca verás elevarse. ¿Para cuándo la cosecha del abismo? Pero has reventado los ojos del león. Crees ver pasar a la belleza por encima de las lavandas negras.
¿Qué es lo que ha izado, una vez más aún, un poco más arriba, sin convencerte?
No hay sitio puro.
Ne laisse pas le soin
de gouverner ton coeur à ces tendresses parentes de l'automne auquel elles
empruntent sa placide allure et son affable agonie. L'oeil est précoce à se
plisser. La souffrance connaît peu de mots. Préfère te coucher sans fardeau: tu
rêveras du lendemain et ton lit te sera léger. Tu rêveras que ta maison n'a
plus de vitres. Tu es impatient de t'unir au vent, au vent qui parcourt une
année en une nuit. D'autres chanteront l'incorporation mélodieuse, les chairs
qui ne personnifient plus que la sorcellerie du sablier. Tu condamneras la
gratitude qui se répète. Plus tard, on t'identifiera à quelque géant
désagrégé, seigneur de l'impossible.
Pourtant.
Tu n'as fait
qu'augmenter le poids de ta nuit. Tu es retourné à la pêche aux murailles, à la
canicule sans été. Tu es furieux contre ton amour au centre d'une entente qui
s'affole. Songe à la maison parfaite que tu ne verras jamais monter. A quand la
récolte de l'abîme? Mais tu as crevé les yeux du lion. Tu crois voir passer la
beauté au-dessus des lavandes noires.
Qu'est-ce qui t'a
hissé, une fois encore, un peu plus haut, sans te convaincre?
Il n'y a pas de siège
pur.
domingo, 18 de mayo de 2014
- Marguerite Duras -
Los hechos
de nuestra vida nunca son únicos y no se suceden tampoco de manera unívoca,
como nos gustaría. Múltiples, irreductibles, resuenan infinitamente en la
conciencia, van y vienen de nuestro pasado al porvenir, extendiéndose como un
eco, como los círculos en el agua, intercambiándose siempre.
jueves, 6 de marzo de 2014
- Arthur Rimbaud -
C'est faux de dire: Je pense; on devrait dire: On me pense. Je est un autre.
Es falso decir: Yo pienso; deberíamos decir: Alguien me piensa. Yo es otro.
- Alejandra Pizarnik -
En mi caso,
las palabras son cosas y las cosas palabras. Como no tengo cosas, como no puedo
nunca otorgarles realidad las nombro y creo en su nombre (el nombre se vuelve
real y la cosa nombrada se esfuma, es la fantasma del nombre). Ahora sé por qué
mi sueño con escribir poemas-objetos. Es mi sed de realidad, mi sueño de
materialismo dentro del sueño.
domingo, 23 de febrero de 2014
- Marguerite Duras - Escribir -
Hallarse en un
agujero, en el fondo de un agujero, en una soledad casi total y descubrir que
sólo la escritura te salvará. No tener ningún argumento para el libro, ninguna
idea de libro es encontrarse, volver a encontrarse, delante de un libro. Una
inmensidad vacía. Un libro posible. Delante de nada. Delante de algo así como
una escritura viva y desnuda, como terrible, terrible de superar. Creo que la
persona que escribe no tiene idea respecto al libro, que tiene las manos vacías,
la cabeza vacía, y que, de esa aventura del libro, sólo conoce la escritura
seca y desnuda, sin futuro, sin eco, lejana, con sus reglas de oro, elementales:
la ortografía, el sentido.
Eso hace salvaje la escritura. Se acerca a un salvajismo anterior a la vida. Y siempre lo reconocemos, es el de los bosques, tan antiguo como el tiempo. El del miedo a todo, distinto e inseparable de la vida misma. Uno se encarniza. No se puede escribir sin la fuerza del cuerpo. Para abordar la escritura hay que ser más fuerte que uno mismo, hay que ser más fuerte que lo que se escribe. Es algo curioso, sí. No es sólo la escritura, lo escrito, también los gritos de las bestias de la noche, los de todos, los vuestros y los míos, los de los perros. Es la vulgaridad masificada, desesperante de la sociedad. El dolor; y también lo más violento de la felicidad. Siempre, eso creo.
Un escritor es algo extraño. Es una contradicción y también un sinsentido. Escribir también es no hablar. Es callarse. Es aullar sin ruido. Un escritor es algo que descansa, con frecuencia, escucha mucho. No habla mucho porque es imposible hablar a alguien de un libro que se ha escrito y sobre todo de un libro que se está escribiendo. Es imposible. Es lo contrario del cine, del teatro y otros espectáculos. Es lo contrario de todas las lecturas. Es lo más difícil. Es lo peor. Porque un libro es lo desconocido, es la noche, es cerrado, eso es. El libro avanza, crece, avanza en las direcciones que creíamos haber explorado, avanza hacia su propio destino y el de su autor, anonadado por su publicación: su separación, la separación del libro soñado, como el último hijo, siempre el más amado.
Eso hace salvaje la escritura. Se acerca a un salvajismo anterior a la vida. Y siempre lo reconocemos, es el de los bosques, tan antiguo como el tiempo. El del miedo a todo, distinto e inseparable de la vida misma. Uno se encarniza. No se puede escribir sin la fuerza del cuerpo. Para abordar la escritura hay que ser más fuerte que uno mismo, hay que ser más fuerte que lo que se escribe. Es algo curioso, sí. No es sólo la escritura, lo escrito, también los gritos de las bestias de la noche, los de todos, los vuestros y los míos, los de los perros. Es la vulgaridad masificada, desesperante de la sociedad. El dolor; y también lo más violento de la felicidad. Siempre, eso creo.
Un escritor es algo extraño. Es una contradicción y también un sinsentido. Escribir también es no hablar. Es callarse. Es aullar sin ruido. Un escritor es algo que descansa, con frecuencia, escucha mucho. No habla mucho porque es imposible hablar a alguien de un libro que se ha escrito y sobre todo de un libro que se está escribiendo. Es imposible. Es lo contrario del cine, del teatro y otros espectáculos. Es lo contrario de todas las lecturas. Es lo más difícil. Es lo peor. Porque un libro es lo desconocido, es la noche, es cerrado, eso es. El libro avanza, crece, avanza en las direcciones que creíamos haber explorado, avanza hacia su propio destino y el de su autor, anonadado por su publicación: su separación, la separación del libro soñado, como el último hijo, siempre el más amado.
Un libro abierto también es la noche.
Escribir.
No puedo.
Nadie puede.
Hay que decirlo: no se puede.
Y se escribe.
Escribir.
No puedo.
Nadie puede.
Hay que decirlo: no se puede.
Y se escribe.
Lo desconocido que uno lleva en sí mismo: escribir, eso es lo que se consigue.
Eso o nada.
Se puede hablar de un mal de escribir.
Hay una locura de escribir que existe en sí misma, una locura de escribir furiosa, pero no se está loco debido a esa locura de escribir. Al contrario.
La escritura es lo desconocido. Antes de escribir no sabemos nada de lo que vamos a escribir. Y con total lucidez. Es lo desconocido de sí, de su cabeza, de su cuerpo. Escribir no es ni siquiera una reflexión, es una especie de facultad que se posee junto a su persona, paralelamente a ella, de otra persona que aparece y avanza, invisible, dotada de pensamiento, de cólera, y que a veces, por propio quehacer, está en peligro de perder la vida.
Si se supiera algo de lo que se va a escribir, antes de hacerlo, antes de escribir, nunca se escribiría. No valdría la pena.
Escribir es intentar saber qué escribiríamos si escribiésemos --sólo lo sabemos después-- antes, es la cuestión más peligrosa que podemos plantearnos. Pero también es la más habitual.
La escritura: la escritura llega como el viento, está desnuda, es la tinta, es lo escrito, y pasa como nada pasa en la vida, nada, excepto eso, la vida.
Se puede hablar de un mal de escribir.
Hay una locura de escribir que existe en sí misma, una locura de escribir furiosa, pero no se está loco debido a esa locura de escribir. Al contrario.
La escritura es lo desconocido. Antes de escribir no sabemos nada de lo que vamos a escribir. Y con total lucidez. Es lo desconocido de sí, de su cabeza, de su cuerpo. Escribir no es ni siquiera una reflexión, es una especie de facultad que se posee junto a su persona, paralelamente a ella, de otra persona que aparece y avanza, invisible, dotada de pensamiento, de cólera, y que a veces, por propio quehacer, está en peligro de perder la vida.
Si se supiera algo de lo que se va a escribir, antes de hacerlo, antes de escribir, nunca se escribiría. No valdría la pena.
Escribir es intentar saber qué escribiríamos si escribiésemos --sólo lo sabemos después-- antes, es la cuestión más peligrosa que podemos plantearnos. Pero también es la más habitual.
La escritura: la escritura llega como el viento, está desnuda, es la tinta, es lo escrito, y pasa como nada pasa en la vida, nada, excepto eso, la vida.
- Jack Kerouac -
La única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas.
- Alejandra Pizarnik -
Además
de cada poema, cada verso es en su ser. Digo que todo es en sí, a solas,
aislado y fragmentado. Dura faena la de unir los fragmentos. Eso se llama curar
el poema como una herida.
viernes, 7 de febrero de 2014
- Julio Cortázar - Rayuela -
Amor mío,
no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la
sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro
lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más
profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de
tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo
amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y
los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente
no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un
puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para
vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me
querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud,
después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste
oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor
llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el
silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría
empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos,
no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a
poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas
combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar,
perdoname.
miércoles, 1 de enero de 2014
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