Every phrase and every sentence is an end and a beginning.

Every poem an epitaph.

/ T.S.Eliot /


lunes, 12 de enero de 2009

- Lucio Anneo Séneca -




¿Hay algo en el mundo que esté al abrigo de cambios? La tierra, el cielo, toda la inmensa maquinaria del universo, no están exentos de cambios, aún siendo la obra de Dios mismo. No, el mundo no conservará siempre su orden actual; día vendrá que lo desvíe de su curso. Todos los seres tienen períodos marcados: deben nacer, crecer y perecer. Esos astros que veis moverse por encima de nosotros, esta tierra en que estamos confusamente esparcidos y nos parece tan sólida, todo ello está minado sordamente y ha de tener un fin. No hay nada que no tenga su vejez, su decrepitud, su término; aunque en épocas diferentes, el mismo fin le espera a todo lo que existe. Todo lo que es acabará por no ser, pero el mundo no perecerá por eso: se disolverá. La disolución, para nosotros, es la destrucción. En efecto, nosotros no consideramos sino lo que está muy cerca de nosotros: nuestra alma, bastardeada, y que no sabe desprenderse del cuerpo, no ve más allá; pero soportaríamos con mucha más firmeza la idea de nuestro fin y la de nuestros prójimos, si estuviéramos persuadidos de que la naturaleza no es más que una sucesión de nacimiento y muerte; de que los cuerpos compuestos se disuelven; de que los cuerpos disueltos se reconstituyen, y de que es en este círculo infinito donde se ejerce el poder del Dios moderador del universo.

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