Every phrase and every sentence is an end and a beginning.

Every poem an epitaph.

/ T.S.Eliot /


miércoles, 29 de abril de 2009

- Utamaro Kitagawa (1753 - 1806) -






- Fernando Pessoa -




Nubes. Hoy tengo conciencia del cielo, pues hace días que no lo miro pero lo siento, viviendo en la ciudad y no en la naturaleza que la incluye. Nubes. Son ellas hoy la principal realidad, y me preocupan como si el velarse del cielo fuese uno de los grandes peligros de mi destino. Nubes. Pasan desde la barra hacia el Castillo, de Occidente a Oriente, en un tumulto disperso y desnudo, blanco a veces, se ven desharrapadas en la vanguardia de no sé qué; medio-negro otras, si, más lentas, tardan en ser barridas por el viento audible; negras de un blanco sucio, si, como si quisiesen quedarse, ennegrecen más de la venida que de la sombra lo que las calles abren de falso espacio entre las líneas cerradas de las casas. Nubes. Existo sin saberlo y moriré‚ sin quererlo. Soy el intervalo entre lo que soy y lo que no soy, entre el sueño y lo que la vida ha hecho de mí, la medida abstracta y carnal entre cosas que no son nada, siendo yo también nada. Nubes. ¡Qué desasosiego si siento, qué desconsuelo si pienso, qué inutilidad si quiero! Nubes. Están pasando siempre, unas muy grandes, pareciendo, porque las casas no dejan ver si son menos grandes de lo que parecen, que van a ocupar todo el cielo; otras de tamaño incierto, que pueden ser dos juntas o una que va a partirse en dos, sin sentido en el aire alto contra el cielo cansado; otras aún, pequeñas, que parecen juguetes de poderosas cosas, bolas irregulares de un juego absurdo, sólo hacia un lado, en un gran aislamiento, frías. Nubes. Me interrogo y me desconozco. Nada he hecho de útil ni haré de justificable. He gastado la parte de la vida que no perdí en interceptar confusamente cosa ninguna, haciendo versos en prosa a las sensaciones intransmisibles con que hago mío el universo desconocido. Estoy harto de mí, objetiva y subjetivamente. Estoy harto de todo, y del todo de todo. Nubes. Son todo, desarreglos de lo alto, cosas hoy sólo ellas reales entre la tierra nula y el cielo que no existe; harapos indescriptibles del tedio que les supongo; niebla condensada en amenazas de color ausente; algodones en rama sucios de un hospital sin paredes. Nubes. Son como yo, un pasar desfigurado entre el cielo y la tierra, al sabor de un impulso invisible, tronando o no tronando, alegrando blancas u obscureciendo negras, ficciones del intervalo y del error, lejos del ruido de la tierra y sin tener el silencio del cielo. Nubes. Siguen pasando, siguen siempre pasando, pasarán siempre siguiendo, en un enrollamiento discontinuo de madejas empañadas, en un alargamiento difuso de falso cielo deshecho.

lunes, 27 de abril de 2009

- Novalis - Himnos a la Noche -



¿Ha de volver siempre la mañana?
¿Jamás terminará el señorío de lo terrenal?
Desdichada actividad estorba
al celestial vuelo de la noche.
¿No arderá eternamente el secreto
sacrificio de amor?
Les ha sido medido su tiempo
a la luz
y a la vigilia
pero la soberanía de la noche es sin tiempo
la duración del sueño es eterna.
¡Sueño sagrado!
Nunca dejes de traer la felicidad
a los consagrados a la noche,
en este trabajo diario de la tierra.
Sólo los insensatos te desconocen,
y no saben de ningún sueño
sino de la sombra
que, compasiva, viertes en nosotros
en aquel crepúsculo
de la verdadera noche.
Ellos no te perciben
en el dorado flujo de los racimos,
en el maravilloso
bálsamo del almendro,
y en el moreno zumo de la adormidera.
No saben
que tú eres eso
que se cierne en torno
del pecho de la suave muchacha
y en cielo convierte su seno.
No adivinan
que en las antiguas historias
surges abriendo cielos
y tienes la llave
de la morada de la bienaventuranza;
silencioso embajador
de infinito misterio.

domingo, 26 de abril de 2009

- Simone de Beauvoir -

Porque el hombre es trascendencia, jamás podrá imaginar un paraíso. El paraíso es el reposo, la trascendencia negada, un estado de cosas ya dado, sin posible superación. Pero en ese caso ¿qué haremos? Para que el aire sea respirable tendrá que dejar paso a las acciones, a los deseos, que a su vez tenemos que superar: tendrá que dejar de ser paraíso. La belleza de la tierra prometida es que ella prometía nuevas promesas. Los paraísos inmóviles no pueden prometer más que un eterno aburrimiento. /.../ Si Dios es la infinitud y la plenitud del ser, no hay distancia entre su proyecto y su ser realidad, su voluntad es el fundamento inmóvil de su ser. Lo que quiere se hace, quiere cuanto es. Tal Dios no es una persona singular, es el universal, el todo inmutable y eterno. Y lo universal es silencioso. La perfección de su ser no deja ningún lugar al hombre porque el hombre no podría trascenderse en Dios si Dios ya está todo entero dado. En tal caso el hombre no es más que un accidente indiferente a la realidad del ser; está en la tierra como un explorador perdido en el desierto; puede ir a la derecha o a la izquierda, puede ir a donde quiera; jamás irá a ningún lugar y la arena cubrirá sus huellas.

miércoles, 22 de abril de 2009

- Gabriel Fauré -

Gabriel Fauré
Après Un Rêve
Kiri Te Kanawa



Dans un sommeil que charmait ton image
Je rêvais le bonheur, ardent mirage;
Tes yeux étaient plus doux, ta voix pure et sonore.
Tu rayonnais comme un ciel éclairé par l'aurore;
Tu m'appelais et je quittais la terre
Pour m'enfuir avec toi vers la lumière;
Les cieux pour nous, entr'ouvraient leurs nues,
Splendeurs inconnues, lueurs divines entrevues.

Hélas! Hélas, triste réveil des songes!
Je t'appelle, ô nuit, rends-moi tes mensonges;
Reviens, reviens radieuse,
Reviens, ô nuit mystérieuse!


In a slumber charmed by your image
I dreamed of happiness, ardent mirage;
Your eyes were more tender, your voice pure and clear.
You were radiant like a sky brightened by sunrise;
You were calling me, and I left the earth
To flee with you towards the light;
The skies opened their clouds for us,
Splendors unknown, glimpses of divine light.

Alas! Alas, sad awakening from dreams!
I call to you, oh night, give me back your illusions;
Return, return with your radiance,
Return, oh mysterious night!


Mientras dormía, atesorando tu imagen, 

Soñé la dicha, un espejismo ardiente:

Tus ojos eran más dulces, tu voz pura y sonora,

Brillabas como un cielo en la claridad de la aurora.

Tú me llamabas y yo dejaba la tierra

Para escapar contigo hacia la luz;

Los cielos para nosotros entreabrieron sus nubes,

Esplendores desconocidos, divinos claroscuros.

¡Ay! ¡Ay! ¡Triste despertar de los sueños!

Te llamo, oh noche, devuélveme tus engaños,

¡Regresa, regresa radiante,

Regresa, oh noche misteriosa!

domingo, 19 de abril de 2009

- Emily Dickinson -



El Dolor expande el Tiempo--
Dentro se agazapan siglos
La menuda Circunferencia
De un único Cerebro--

El Dolor contrae el Tiempo--
Ocupadas con el Golpe
Eternidades enteras
Son como no eran--


Pain expands the Time--
Ages coil within
The minute Circumference
Of a single Brain--

Pain contracts the Time--
Occupied with Shot
Gamuts of Eternities
Are as they were not--


sábado, 18 de abril de 2009

- Hermann Hesse -


¡Extraño, vagar entre la niebla!
Solitario está cada arbusto y piedra,
ningún árbol mira al otro,
cada uno está solo.
Lleno de amigos estaba para mí el mundo,
cuando mi vida era clara todavía;
ahora que la niebla cae,
nadie ya más está visible.

Verdaderamente, nadie es sabio
si la tiniebla no conoce,
lo inevitable y silencioso
de todo lo aparta.

¡Extraño, vagar entre la niebla!
Vivir es estar solo.
Ningún hombre conoce al otro,
cada uno está solo.

jueves, 16 de abril de 2009

- Albert Camus - El Mito de Sísifo -



También la muerte tiene manos patricias que aplastan pero liberan. Abismarse en esta certidumbre sin fondo, sentirse en adelante lo bastante extraño a la propia vida para aumentarla y recorrerla sin la miopía del amante es el principio de una liberación. Esta independencia nueva tiene un plazo, como toda libertad de acción. No extiende un cheque sobre la eternidad. Pero reemplaza a las ilusiones de la libertad, todas las cuales terminaban con la muerte. La divina disponibilidad del condenado a muerte ante el que se abren las puertas de la prisión cierta madrugada, ese increíble desinterés por todo, salvo por la llama pura de la vida, ponen de manifiesto que la muerte y lo absurdo son los principios de la única libertad razonable: la que un corazón humano puede sentir y vivir. Ésta es una segunda consecuencia. El hombre absurdo entrevé así un universo ardiente y helado, transparente y limitado en el que nada es posible pero donde todo está dado, y más allá del cual sólo están el hundimiento y la nada. Entonces puede decidirse a aceptar la vida en semejante universo y sacar de él sus fuerzas, su negación a esperar y el testimonio obstinado de una vida sin consuelo. ¿Pero qué significa la vida en semejante universo? Por el momento nada más que la indiferencia por el porvenir y el ansia de agotar todo lo dado. La creencia en el sentido de la vida supone siempre una escala de valores, una elección, nuestras preferencias. La creencia en lo absurdo, según nuestras definiciones, enseña lo contrario. Saber si se puede vivir sin apelación es todo lo que me interesa. No quiero salir de este terreno. Se me ha dado este rostro de la vida; ¿puedo acomodarme a él? Ahora bien, frente a esta preocupación particular, la creencia en lo absurdo equivale a reemplazar la calidad de las experiencias por la cantidad. Si me convenzo de que esta vida no tiene otra faz que la de lo absurdo, si siento que todo su equilibrio se debe a la perpetua oposición entre mi rebelión consciente y la oscuridad en que forcejeo, si admito que mi libertad no tiene sentido sino con relación a su destino limitado, entonces debo decir que lo que cuenta no es vivir lo mejor posible, sino vivir lo más posible. Vivir lo más posible, en su sentido amplio, es una regla de vida que nada significa. Hay que precisarla. Parece, ante todo, que no se ha ahondado suficientemente esta noción de cantidad, pues puede dar cuenta de una gran parte de la experiencia humana. La moral de un nombre, su escala de valores no tienen sentido sino por la cantidad y variedad de experiencias que ha podido acumular. Ahora bien, las condiciones de la vida moderna imponen a la mayoría de los hombres la misma cantidad de experiencias y, por lo tanto, la misma experiencia profunda. Ciertamente, hay que tener en cuenta también la aportación espontánea del individuo, lo que en él está "dado". Pero no puedo juzgar esto y una vez más mi regla consiste en arreglarme con la evidencia inmediata. Veo entonces que la característica propia de una moral común reside menos en la importancia ideal de los principios que la animan que en la norma de una experiencia que es posible calibrar. Batir todos los récords es, ante todo y únicamente, estar frente al mundo con la mayor frecuencia posible. ¿Cómo se puede hacer esto sin contradicciones y sin juegos de palabras? Pues, por una parte, lo absurdo enseña que todas las experiencias son indiferentes y, por la otra, impulsa a la mayor cantidad de experiencias. ¿Cómo no hacer entonces lo que han hecho tantos de esos hombres de los que hablaba más arriba: elegir la forma de vida que nos aporte la mayor cantidad posible de esa materia humana, introducir con ello una escala de valores que por otro lado se pretende rechazar? Pero sigue siendo lo absurdo y su vida contradictoria lo que nos enseña. Pues el error consiste en pensar que esta cantidad de experiencias depende de las circunstancias de nuestra vida, cuando sólo depende de nosotros. A este respecto hay que ser simplista. A dos hombres que viven el mismo número de años, el mundo les proporciona siempre la misma cantidad de experiencias. A nosotros nos corresponde tener conciencia de ellas. Sentir la propia vida, su rebelión, su libertad, y lo más posible, es vivir lo más posible. Donde reina la lucidez se hace inútil la escala de valores. Seamos todavía más simplistas. Digamos que el único obstáculo, la única pérdida "por falta de ganancia" lo constituye la muerte prematura. El universo aquí sugerido no vive sino por oposición a esa excepción constante que es la muerte. Por eso ninguna profundidad, ninguna emoción, ninguna pasión ni ningún sacrificio podrían hacer iguales a los ojos del nombre absurdo (aunque lo desease) una vida consciente de cuarenta años y una lucidez que abarca sesenta años. La locura y la muerte son sus elementos irremediables. El hombre no elige. Lo absurdo y el aumento de vida que implica no dependen, por lo tanto, de la voluntad del hombre, sino de su contrario, que es la muerte. Si se pesan bien las palabras, se trata únicamente de una cuestión de suerte. Hay que saber consentir en ella. Veinte años de vida y de experiencias no se reemplazarán ya nunca. Por una extraña inconsecuencia, en una raza tan avisada, los griegos pretendían que los hombres que morían jóvenes fueran amados por los dioses. Y esto no es cierto, salvo si se quiere creer que entrar en el mundo irrisorio de los dioses es perder para siempre el más puro de los goces, que es el de sentir, y sentir en esta tierra. El presente y la sucesión de los presentes ante un alma sin cesar consciente, tal es el ideal del hombre absurdo. Pero aquí la palabra ideal tiene un sonido falso. No es ni siquiera su vocación, sino sólo la tercera consecuencia de su razonamiento. Habiendo partido de una conciencia angustiada de lo inhumano, la meditación sobre lo absurdo vuelve al final de su itinerario al seno mismo de las llamas apasionadas de la rebelión humana. Así saco de lo absurdo tres consecuencias, que son mi rebelión, mi libertad y mi pasión. Con el solo juego de la conciencia transformo en regla de vida lo que era invitación a la muerte, y rechazo el suicidio. 
Cuando Nietzsche escribe: "Parece claramente que lo principal en el cielo y en la tierra es obedecer largo tiempo y en una misma dirección: a la larga resulta de ello algo por lo que vale la pena vivir en esta tierra, como por ejemplo la virtud, el arte, la música, la danza, la razón, el espíritu, algo que transfigura, algo refinado, loco o divino", ilustra la regla de una moral de gran porte. Pero muestra también el camino del hombre absurdo. Obedecer a la llama es a la vez lo más fácil y más difícil. Es bueno, sin embargo, que el hombre, al medirse con la dificultad, se juzgue de vez en cuando. Es el único que puede hacerlo.
"La plegaria —dice Alain— se hace cuando la noche desciende sobre el pensamiento". "Pero es necesario que el espíritu se encuentre con la noche", contestan los místicos y los existencialistas. Ciertamente, pero no esa noche que nace bajo los ojos cerrados y por la sola voluntad del hombre, noche sombría y cerrada que el espíritu suscita para perderse en ella. Si debe encontrarse con una noche, ésta debe ser más bien la de la desesperación, que sigue siendo lúcida, noche polar, vigilia del espíritu, de la que surgirá, quizás, esa claridad blanca e intacta que dibuja cada objeto a la luz de la inteligencia. A esta altura, la equivalencia coincide con la comprensión apasionada. Entonces ni siquiera se trata de juzgar el salto existencial. Vuelve a ocupar su fila en medio del fresco secular de las actitudes humanas. Para el espectador, si es consciente, ese salto sigue siendo absurdo. En la medida en que cree resolver la paradoja, la restituye por completo. A este título, es conmovedor. A este título, todo vuelve a ocupar su lugar y el mundo absurdo renace con su esplendor y su diversidad.Pero es malo detenerse, difícil contentarse con una sola manera de ver, privarse de la contradicción, la más sutil, quizá, de todas las formas espirituales. Lo que precede define solamente una manera de pensar. Ahora se trata de vivir.

domingo, 12 de abril de 2009

- Marina Tsvietáieva -


En la frente besar -- penas borrar.
Beso la frente.

En los ojos besar -- el insomnio quitar.
Beso los ojos.

En los labios besar -- dar de beber.
Beso los labios.

En la frente besar -- la memoria borrar.
Beso la frente.


Se ha ido. Ya no como:
quedó sin gusto el pan.
Se ha ido -- todo es tiza
si lo llego a tocar.

Para mí, era el pan,
era la nieve;
ya la nieve no es blanca,
el pan no sabe a nada.

jueves, 9 de abril de 2009

- Edgar Allan Poe - Alone -



Desde el tiempo de mi niñez no he sido
Como otros eran; no he visto
Como otros veían; no pude sacar
Mis pasiones desde una común primavera.
De la misma fuente no he tomado
Mi pena; no se despertaría
Mi corazón a la alegría con el mismo tono;
Y todo lo que quise, lo quise solo.
Entonces –en mi niñez, en el amanecer
De una muy tempestuosa vida– se sacó
Desde cada profundidad de lo bueno y lo malo
El misterio que todavía me ata:
Desde el torrente, o la fuente,
Desde el rojo peñasco de la montaña,
Desde el sol que alrededor de mí giraba
En su otoño teñido de oro,
Desde el rayo en el cielo
Que pasaba junto a mí volando,
Desde el trueno y la tormenta,
Y la nube que tomó la forma
(Cuando el resto del Cielo era azul)
De un demonio ante mi vista.


From childhood's hour I have not been
As others were; I have not seen
As others saw; I could not bring
My passions from a common spring.
From the same source I have not taken
My sorrow; I could not awaken
My heart to joy at the same tone;
And all I loved, I loved alone.
Then –in my childhood, in the dawn
Of a most stormy life– was drawn
From every depth of good and ill
The mystery which binds me still:
From the torrent, or the fountain,
From the red cliff of the mountain,
From the sun that round me rolled
In its autumn tint of gold,
From the lightning in the sky
As it passed me flying by,
From the thunder and the storm,
And the cloud that took the form
(When the rest of Heaven was blue)
Of a demon in my view.

martes, 7 de abril de 2009

- Edgar Allan Poe - Berenice -

El sufrimiento es múltiple. La desgracia en la tierra es multiforme. Desplegada sobre el ancho horizonte, como el arcoiris, sus colores son tan variados como los matices de éste, a la vez que tan distintos y, sin embargo, tan íntimamente fundidos. ¡Desplegada sobre el ancho horizonte como el arcoiris! ¿Cómo ocurre que de la Belleza he derivado un forma de fealdad? ¿De la alianza en Paz, un símil de tristeza? Pero así es. Y, al igual que en la ética, el Mal es consecuencia del Bien, así, en realidad, de la Alegría nace la Tristeza. O la memoria de la dicha pasada es la angustia de hoy, o las agonías que son tienen su origen en los éxtasis que pudieron haber sido.

Misery is manifold. The wretchedness of earth is multiform. Overreaching the wide horizon like the rainbow, its hues are as various as the hues of that arch, as distinct too, yet as intimately blended. Overreaching the wide horizon like the rainbow! How is it that from Beauty I have derived a type of unloveliness? — from the covenant of Peace, a simile of sorrow? But thus is it. And as, in ethics, Evil is a consequence of Good, so, in fact, out of Joy is Sorrow born. Either the memory of past bliss is the anguish of to-day, or the agonies which are, have their origin in the ecstasies which might have been.

lunes, 6 de abril de 2009

- Jean Anouilh - Antígona -

Ismene: ¡Al menos intenta comprender!

Antígona: Comprender... No tienen otra palabra en la boca, todos, desde que era pequeña. Había que comprender que no se puede tocar al agua, al agua bella y fría escapando, porque moja las baldosas; no a la tierra, porque mancha los vestidos. Había que comprender que no se debe comer todo a la vez, dar todo lo que se tiene en los bolsillos al mendigo que cruzamos; correr, correr en el viento hasta caerse, y beber cuando se tiene calor y bañarse cuando es muy temprano o muy tarde, ¡pero no justo cuando se tienen ganas! Yo no quiero comprender. Comprenderé cuando sea una vieja. (Acaba en voz más baja). Si envejezco. No ahora.

Creonte: (sacude a Antígona) ¿Entonces te callarás?

Antígona: ¿Por qué quieres hacerme callar? ¿Porque sabes que tengo razón? ¿Crees que no leo en tus ojos que lo sabes? Sabes que tengo razón, pero no lo confesarás nunca porque en este momento estás defendiendo tu felicidad como a un hueso.

Creonte: ¡La tuya y la mía, sí, imbécil!

Antígona: ¡Ustedes me repugnan, todos, con su felicidad! Con su vida que hay que amar cueste lo que cueste. Parecen perros que lamen todo lo que encuentran. Y esa diminuta suerte para todos los días, si uno no es demasiado exigente. Yo, yo quiero todo, ahora mismo, entero, ¡o si no me niego! No quiero ser modesta y contentarme con un pedazo, si he sido prudente. Quiero estar segura de todo hoy y que todo sea tan bello como cuando era pequeña, o morir.

- Paul Éluard -


Al alba te amo tengo toda la noche en las venas
toda la noche te he contemplado
tengo que adivinarlo todo me siento seguro en las tinieblas
ellas me conceden el poder
de envolverte
de sacudirte deseo de vivir
en el seno de mi inmovilidad
el poder de revelarte
de liberarte de perderte
llama invisible de día.

Si te vas la puerta se abre hacia el día.
Si te vas la puerta se abre hacia mí mismo.


L’aube je t’aime j’ai toute la nuit dans les veines
Toute la nuit je t’ai regardée
J’ai tout à deviner je suis sûr des ténèbres
Elles me donnent le pouvoir
De t’envelopper
De t’agiter désir de vivre
Au sein de mon immobilité
Le pouvoir de te révéler
De te libérer de te perdre
Flamme invisible dans le jour.

Si tu t’en vas la porte s’ouvre sur le jour
Si tu t’en vas la porte s’ouvre sur moi-même.


sábado, 4 de abril de 2009

- Todas Las Razones -


todas las razones se rinden
ante el último sueño
de otra muerte-pasajera

–-es la necesidad imperativa
de caer
tras la inocencia de tu verdad no revelada--

busco desterrar
los sueños del silencio,

bajo tus manos de noche,
cortar mi espalda
en sinsentido acuciante

sólo intentar,
cuando conjure la lluvia
este dolor interminable

V.


- Paul Éluard -



Te amo por todas las mujeres que no he conocido.
Te amo por todos los tiempos que no he vivido.
Por el olor del mar inmenso y el olor del pan caliente.
Por la nieve que se funde por las primeras flores.
Por los animales puros que el hombre no persigue.
Te amo por amar.
Te amo por todas las mujeres que no amo.

Quién me refleja sino tú misma me veo tan poco
sin ti no veo más que una planicie desierta.
Entre antes y ahora
están todas estas muertes que he sorteado sobre paja.
No he podido atravesar el muro de mi espejo.
Tuve que aprender la vida como se olvida
palabra por palabra.

Te amo por tu sabiduría que no me pertenece.
Te amo contra todo lo que no es más que ilusión.
Por el corazón inmortal que no poseo
crees ser la duda y no eres sino razón.
Eres el sol que me sube a la cabeza
cuando estoy seguro de mí.


Je t'aime pour toutes les femmes que je n'ai pas connues.
Je t'aime pour tous les temps où je n'ai pas vécu.
Pour l'odeur du grand large et l'odeur du pain chaud.
Pour la neige qui fond pour les premières fleurs.
Pour les animaux purs que l'homme n'effraie pas.
Je t'aime pour aimer.
Je t'aime pour toutes les femmes que je n'aime pas.

Qui me reflète sinon toi-même je me vois si peu
Sans toi je ne vois rien q'une étendue déserte.
Entre autrefois et aujourd'hui
Il y a toutes ces morts que j'ai franchies sur la paille.
Je n'ai pas pu percer le mur de mon miroir.
Il m'a fallu apprendre mot par mot la vie
Comme on oublie.

Je t'aime pour ta sagesse qui n'est pas la mienne.
Pour la santé
Je t'aime contre tout ce qui n'est qu'illusion.
Pour ce coeur immortel que je ne détiens pas
Tu crois être le doute et tu n'es que raison.
Tu es le grand soleil qui me monte à la tête
Quand je suis sûr de moi.

- Clarice Lispector - Escribir -



Dije una vez que escribir es una maldición. No me acuerdo exactamente porqué lo dije, y con sinceridad. Hoy repito: es una maldición, pero una maldición que salva. No me estoy refiriendo del todo a escribir para el periódico, sino a escribir aquello que eventualmente puede transformarse en un cuento o en una novela. Es una maldición porque obliga y arrastra como un vicio penoso del cual es casi imposible librarse, pues nada lo sustituye. Y es una salvación. Salva el alma presa, salva a la persona que se siente inútil, salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos que escriba. Escribir es intentar enteder, es intentar reproducir lo irreproducible, es sentir hasta el último momento el sentimiento que permanecería apenas vago y sofocante. Escribir es también bendecir una vida que no fue bendecida.

viernes, 3 de abril de 2009

- Oliverio Girondo - Llorar A Lágrima Viva -

Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

jueves, 2 de abril de 2009

- M.C. Escher -





- Paul Auster - La Habitación Cerrada -


Vagabundeé mentalmente durante varias semanas, buscando la manera de empezar. Toda vida es inexplicable, me repetía. Por muchos hechos que cuenten; por muchos datos que se muestren, lo esencial se resiste a ser contado. Decir que fulanito nació aquí y fue allá; que hizo esto y aquello, que se casó con esta mujer y tuvo estos hijos, que vivió, que murió, que dejó tras sí estos libros o esta batalla o ese puente, nada de eso nos dice mucho. Todos queremos que nos cuenten historias, y las escuchamos del mismo modo que las escuchábamos de niños. Nos imaginamos la verdadera historia dentro de las palabras y para hacer esto sustituimos a la persona del relato, fingiendo que podemos entenderle porque nos entendemos a nosotros mismos. Esto es una superchería. Existimos para nosotros mismos, quizá, y a veces incluso vislumbramos quiénes somos, pero al final nunca podemos estar seguros, y mientras nuestras vidas continúan, nos volvemos cada vez más opacos; más y más conscientes de nuestra propia incoherencia. Nadie puede cruzar la frontera que lo separa del otro por la sencilla razón de que nadie puede tener acceso a sí mismo.