La mira. Con los ojos cerrados la sigue mirando. Respira su rostro.
Respira la niña, con los ojos cerrados respira su respiración, ese aire
cálido que ella exhala. Distingue cada vez menos claramente los límites
de su cuerpo, no es como los otros, no está acabado, en la habitación
sigue creciendo, aún no ha alcanzado las formas definitivas. Se hace a
cada instante, no sólo está ahí donde lo ve, también está en otras
partes, se extiende más allá de la vista, hacia el juego, la muerte, es
flexible, se lanza todo entero al placer como si fuera mayor, en edad,
carece de malicia, es de una inteligencia terrible.
2 comentarios:
sin límites...
no hay límites en la mirada, ni en la respiración... jamás en el sentir...
besos V
Detrás del espejo, un no-límite.
Gracias por leerme. Siempre.
V.
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