Every phrase and every sentence is an end and a beginning.

Every poem an epitaph.

/ T.S.Eliot /


lunes, 4 de mayo de 2009

- Marguerite Duras - El Amante -



Se equivocaban. El error que se había cometido, en pocos segundos, se propaló por todo el universo. El escándalo estaba a la escala de Dios. Mi hermano menor era inmortal y no lo habíamos advertido. La inmortalidad había sido encubierta por el cuerpo de ese hermano mientras vivió y nosotros no comprendimos que era en aquel cuerpo donde la inmortalidad se hallaba alojada. El cuerpo de mi hermano estaba muerto. La inmortalidad había muerto con él. Y así andaba ahora el mundo, privado de ese cuerpo visitado, y de esa visita. Nos habíamos equivocado por completo. El error se propaló por todo el universo, el escándalo.

A partir del momento en que estaba muerto, él, el hermano pequeño, todo debía morir después. Y por él. La muerte, en cadena, partía de él, del niño.
El cuerpo muerto del niño en nada se resintió de los sucesos de los que era causa. No conocía el nombre de la inmortalidad que había abrigado durante veintisiete años.

Nadie comprendió excepto yo. Y a partir del momento en que alcancé ese conocimiento tan simple, a saber, que el cuerpo de mi hermano menor también era el mío, yo debía morir. Y morí. Mi hermano menor hizo que me pareciera a él, me atrajo hacia él y morí.

Habría que prevenir a la gente de esas cosas. Enseñarles que la inmortalidad es mortal, que puede morir, que ha ocurrido, que sigue ocurriendo. Que no se muestra como tal nunca, que es la duplicidad absoluta. Que no existe nunca en los pormenores sino en el principio. Que algunas personas pueden encubrir su presencia, a condición de que ignoren el hecho. Al igual que otras personas pueden detectar la presencia en esas gentes, también pueden ignorar que pueden hacerlo. Que la vida es inmortal mientras se vive, mientras está con vida. Que la inmortalidad no es una cuestión de más o menos tiempo, que no es cuestión de inmortalidad, que es una cuestión de otra cosa que permanece ignorada. Que es tan falso decir que carece de principio y de fin como decir que empieza y termina en la vida del alma desde el momento en que participa del alma y de la prosecución del viento. Mirad las arenas muertas del desierto, el cuerpo muerto de los niños: la inmortalidad no pasa por ahí, se detiene y los esquiva.

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