Every phrase and every sentence is an end and a beginning.

Every poem an epitaph.

/ T.S.Eliot /


miércoles, 17 de noviembre de 2010

- Marguerite Yourcenar - Alexis -



Es nuestro único bien y nuestra única maldición. Vivimos. Cada uno de nosotros tiene su vida particular, única, marcada por todo el pasado sobre el que no tenemos ningún poder y que a su vez nos marca, por poco que sea, todo el porvenir. Nuestra vida. Una vida que sólo a nosotros nos pertenece, que no viviremos más que una vez y que no estamos seguros de comprender del todo. Y lo que digo aquí sobre vida entera, podría decirse en cada momento de ella. Los demás ven nuestra presencia, nuestros ademanes, nuestra forma de formar las palabras con los labios: sólo nosotros podemos ver nuestra vida. Es extraño: la vemos, nos sorprende que sea como es y no podemos hacer nada para cambiarla. Incluso cuando la estamos juzgando estamos perteneciéndole; nuestra aprobación o nuestra censura forman parte de ella; siempre es ella la que se refleja en ella misma. Porque no hay nada más: el mundo sólo existe, para cada uno de nosotros, en la medida en que confine a nuestra vida. Los elementos que la componen son inseparables: sé muy bien que los instintos que nos enorgullecen y aquellos que no queremos confesar tienen, en el fondo, un origen común. No podríamos suprimir ni uno de ellos sin modificar todos los demás. Las palabras sirven a tanta gente, que ya no le conviene a nadie; ¿como podría un término científico explicar mi vida? Ni siquiera explica lo que es un acto; lo nombra y lo hace siempre igual; sin embargo, no hay dos hechos idénticos en vidas diferentes, ni quizás a lo largo de una misma vida. Después de todo, los hechos son sencillos; es fácil contarlos; puede que ya los sospeches. Pero aunque lo supiera todo, aún me quedaría explicarme a mí mismo.

2 comentarios:

Andrea Breq dijo...

Un texto increíblemente puro, y a la vez en esa línea siempre implacable de Marguerite. Leerla es debatirse entre el respeto y la curiosidad.

Me gusta la tranquilidad de tu espacio y la calidad de los textos que compartes...

Un abrazo,

A.

V. dijo...

Definitivamente, un texto maravilloso de la gran Marguerite Yourcenar. Puro lirismo. Pura tragedia.
Mil gracias por visitar My Pagan Poetry y por tus hermosas palabras.
Cariños. V.